El poder de los pequeños hábitos- El potente “YA”

Hace unas semanas revisamos alguno de esos hábitos que a pesar de ser “pequeños” en necesidades y recursos para su implantación, son enormes en cuanto al impacto que producen tanto a nivel personal como a nivel profesional.

La base del problema sobre el que se construye esta herramienta está basada en nuestra tendencia a la homeostasis. Como seres humanos buscamos la comodidad, la estabilidad, la sensación de control tanto en nuestros procesos biológicos como en las tareas que realizamos a lo largo del día.

Esta práctica la acabamos trasladando al mundo laboral y nos acabamos situando en nuestra área de confort y seguridad, resistiéndonos a asumir nuevos retos o posibles “incomodidades”. Esto nos lleva a tontear con “el mañana”. Como seres humanos tenemos la capacidad de buscarnos cientos de excusas para no ponernos en acción con situaciones que nos van a provocar incomodidad. Tenemos la capacidad para imaginarnos en el futuro escenarios y resultados que cuando nos ponemos en acción, no se suelen corresponder con la realidad. También tenemos una curiosa tendencia a interpretar la incertidumbre, imaginando grandes desastres, miedos y consecuencias mucho más negativas que las que después nos vamos a encontrar.

CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE ESPERAR A “MAÑANA”

¿Y qué consecuencias negativas podemos encontrar cuando decidimos esperar a hacerlo «mañana»?

1.    La primera de ellas es que «mañana» nunca llega, se resiste a llegar y siempre está a la misma distancia de 24 horas. Esto hace que por esperar se pierdan oportunidades muchas veces irrecuperables: posibilidades de nuevos proyectos, nuevos retos, colaboradores, nuevos aprendizajes y un largo etcétera de experiencias.

2.    Otra consecuencia puede tener que ver con algo tan físico como la somatización en forma de jaqueca, dolores estomacales, dificultades del sueño, etc. El simple hecho de no ponernos en acción y darle vueltas y vueltas a temas que nos preocupan, puede provocarnos físicamente síntomas propios de la respuesta de estrés, y todo esto provocará que nuestras decisiones sean más lentas y menos acertadas.  

3.    En tercer lugar, la práctica que cogemos de tontear con “el mañana”, hace que nuestros plazos de tiempo sean cada día menores y esto una vez más, aumenta el estrés. El hecho de aplazar ciertas decisiones incómodas hace que el problema cada vez sea mayor y será más difícil encontrar soluciones perfectas. Por ejemplo, si necesitamos despedir a una persona, pero lo vamos dejando para “otro momento” cada vez nos podemos encontrar con efectos más negativos para el propio equipo y la empresa en general.

EJEMPLOS PARA LLEVAR A LA PRÁCTICA ESTA HERRAMIENTA

La única forma de superar este dejar “para mañana”, es con la práctica del “ya”, “ahora mismo”, “justo aquí y ahora”. Es decir, cuando vemos que una tarea salta de un día para otro es momento de preguntarte: “¿cuándo voy a ponerme con esto?” y entonces utilizar la respuesta correcta: “¡Yaaaa!”.

Compartiré contigo algún ejemplo para darte ideas de cómo aplicar ese “ya”:

    – Haz una llamada que te incomoda: si tienes que hacer una llamada complicada, que te incomoda, a la que de alguna manera temes, no te lo pienses ni por un segundo…mientras notas todo ese tipo de sensaciones desagradables en tu cuerpo, empieza a marcar el número de la persona y cuando conteste no tendrás más opciones que hablar del asunto que tenías pendiente. 

    – Traza las primeras líneas de un proyecto: es cierto que no sabes por dónde empezar ese nuevo proyecto que tienes que desarrollar, pero coge un folio en blanco y un lápiz y empieza a trazar unas líneas maestras. Con solo 10 minutos que dediques a ello, te puede sorprender lo fácil que es continuar después de romper “el blanco del papel”.

    – Activa un primer paso: activa un primer paso de cualquier actividad. Por ejemplo, al hacer cualquier tipo de deporte es habitual que sientas la incomodidad antes de empezar, pero esto no te va a impedir dar el primer paso para ponerte tus deportivas y empezar a correr, o simplemente lanzarte dentro de la piscina. En la piscina cabes tú con todas las excusas que te puedas imaginar.

    – Mantén una conversación pendiente: si tienes una conversación pendiente con un colaborador tuyo, envíale un email planteándole la opción de reuniros. En el momento en que le des a “enviar” ya no hay vuelta atrás por lo estarás en medio de la situación, asumiendo tu responsabilidad en la misma e intentando salir de la mejor manera posible.

    – Desarrolla un nuevo hábito: seguro que tienes ciertos hábitos que llevas tiempo intentando desarrollar para mejorar la gestión de tu tiempo (o más bien de las tareas que haces durante este tiempo), por lo que hoy puede ser el día perfecto para iniciar alguna de estas tareas. Si necesitas inspiración, te dejo aquí el link de algunos de los posts que he ido escribiendo hasta el momento sobre los pequeños hábitos…¡y empieza por uno de ellos!

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies