Caso Google: “Estos anuncios son un asco”

Muchos de nosotros hemos crecido sintiendo que Google siempre estuvo en nuestras vidas como el gigante que es, pero no, hubo un tiempo en que como cualquier empresa al nacer era pequeñín, pequeñín… Hoy me gustaría contarte una parte importante de su historia que tiene mucha relación con la cultura de Liderazgo que caracteriza a cada empresa.

Y EL CUENTO DICE ASÍ…

Había una vez una pequeña empresa llamada Google, en Silicon Valley, que competía con gigantes como Overture para conseguir una meta: crear un programa que vinculase las búsquedas de Internet de los usuarios con publicidad personalizada.

Desde Google se creó un proyecto llamado “el motor de Adwords” desde el que intentaban conseguir esa meta, pero por más que intentaban una vez y otra vez, no conseguían dar con el resultado correcto. Por ejemplo, si buscabas una “motocicleta Kawasaki H1b”, aparecían anuncios de abogados que ofrecían ayuda con la solicitud del visado de extranjería del tipo H-1B; precisamente el tipo de fallos que podían arruinar el proyecto. Ese viernes Larry Page, uno de los fundadores de Google colgó una nota en la nevera en el que indicaba:

ESTOS ANUNCIOS SON UN ASCO

Y a esta nota añadió algunos ejemplos de esos errores a los que llevaban las búsquedas. 

Jeff Dean fue una de las últimas personas en ver la nota. El viernes por la tarde se acercó a prepararse un Capuccino y encontró la nota en la cocina. Él trabajaba en el departamento de Búsquedas por lo que éste no era su problema, pero sintió que lo podía resolver porque en el pasado se había encontrado con un problema similar. Jeff tenía una gran montaña de trabajo. aun así decidió ocupar parte de su fin de semana para solucionarlo. Y así lo hizo. El domingo a Las 5 de la madrugada dio con la solución y la envió al departamento correspondiente.

RESULTADO

¿Quieres saber en números el resultado de la dedicación de estas horas de Jean? Pues allá voy…

Beneficios generados por medio de publicidad

Beneficios en el año 2000: 6 millones $ / año

Beneficios en el año 2001: 99 millones $ / año

Beneficios en el año 2014: 160 millones $ / día 

¡SÍ! Has leído perfectamente 160 millones al día, no al año. Y este salto se dio justamente por la intervención de Jeff Dean, por su colaboración desinteresada con otro departamento.

¿Y POR QUÉ ALGUIEN DECIDE COLABORAR?

Este es uno de los retos con los que nos encontramos día a día en nuestras empresas y nuestros equipos; necesitamos que la gente colabore más, que sea más proactiva, que se comprometa y pelee por la empresa como si fuera de ellos mismos. Pero para ello, como líderes tenemos que crear las condiciones perfectas para que esto ocurra. Es cierto, que la simple actitud de colaboración es una generadora de oxitocina, por lo que el hecho de “ayudar a otros” nos produce una satisfacción real y física en nuestro cuerpo. Esto hace que algunas personas muestren esa actitud colaboradora que llevan “de casa” y hace muy fácil la interacción con ellos, pero en otros casos tenemos que provocarla. ¿Y cómo podemos hacerlo?

Te indico algunas pautas que como líder, directivo o responsable puedes aplicar en tu día a día para potenciar esta colaboración:

– Da primero: es la acción más potente a la hora de pedir colaboración, si tú eres el que da primero la ayuda que necesitan, el que pelea por los recursos que te han pedido, el que les facilita su vida, no dudarán en echar un cable, horas o esfuerzos en aquello en lo que puedan aportar.

– Potencia la acción de “opinar”: muchas veces nos toca trabajar con equipos que no aportan, que no se implican y que parece que no tienen un punto de vista definido. Cuando investigas estas situaciones, nos solemos encontrar que en algún momento sus opiniones no fueron bienvenidas o incluso fueron ignoradas. Cuando una persona da su visión en el equipo, y no se le tiene en cuenta llega un momento en que las personas optan por callar. 

– Demuestra humildad: en muchos equipos, las personas dejan de colaborar cuando trabajan con jefes que lo saben todo, jefes que tienen la verdad absoluta y creen tener siempre las mejores ideas. En este ejemplo que hemos analizado, Larry Page era capaz de aceptar que el punto al que habían llegado “era un asco” por lo que abría la posibilidad a que cualquier persona del equipo de Google fuera más eficaz para encontrar una respuesta correcta.

– Seguridad Psicológica: para que alguien se sienta cómodo colaborando y más cuando se trata de otro departamento, necesita sentirse seguro. La seguridad psicológica es el resultado de un ambiente en el que se permite probar, intentar, fallar y volver a intentar. Cuando formas parte de una empresa en la que el fallo y el error son vistos como proceso de aprendizaje, pierdes el miedo a colaborar porque al final de cada acto o aciertas o aprendes. 

– Crea una cultura de colaboración: este tipo de cultura no se crea en un día ni dos, ni con una sola acción ni mucho menos. Para conseguir un ambiente de colaboración hay que estar abierto a todas las acciones que hemos mostrado en este post y a muchas más. Para que exista esa cultura hay que predicarla con el ejemplo, potenciarla y reconocerla para que cualquier persona viva la empresa como si fuera suya.

¿Fácil? No, lo sé…pero conseguible, ¡por supuesto!

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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