¿Quieres un aumento de sueldo? ¿Sí? ¿Estás seguro? ¿Pero del todo seguro? ¿No tienes ninguna duda? Que sí, que sí, que ya he escuchado tu gran «sí». Posiblemente sería una de las preguntas con la que más respuestas afirmativas conseguiríamos. “Sí” de operarios, de mandos intermedios, “sí” de gerentes, de emprendedores, de propietarios…¡de casi cualquier trabajador!
No estoy diciendo con esto que crea que la gente trabaja o vive simplemente por dinero, ni mucho menos. En mi día a día me encuentro con personas que disfrutan de lo que hacen, que trabajan en lo que les apasiona y que les gusta su trabajo pero eso no significa que no les gustaría tener un aumento de sueldo. Yo soy una de esas personas: me encanta lo que hago y a veces llego a pensar que muchos días yo misma pagaría por trabajar en esto, pero no quita a que esos aumentos de sueldo o un reparto de beneficios no me haga ilusión. Por supuesto que sí, ese es el extra para viajar, para permitirte ese caprichito o incluso la forma de ayudar a alguien a cumplir sueños. ¡Hay cosas que no van reñidas!
Hoy os contaré posiblemente uno de los mejores momentos que he vivido a nivel profesional y con ello una de mis claves para conseguir un aumento de sueldo. Antes de acabar mis estudios ya me ofrecí voluntaria en una consultora para participar en un proceso de formación con mandos intermedios en Ford. Aquella pequeña colaboración me permitió descubrir una de mis pasiones: la formación con equipos de trabajo.
Desde esa experiencia, me ofrecí en la empresa para ir a aprender, después llegaron los contratos por obra y servicio, más tarde un contrato más largo y después uno indefinido. Así fueron pasando los meses, hasta que llegó uno de esos momentos que recordaré a lo largo de mi vida.
Estaba en un curso en una de nuestras empresas cliente. Durante la pausa me dirigía al baño y me encontré con uno de mis dos jefes:
– Reme, ahora que te veo, ¿a ti te gusta este trabajo, verdad?
– ¿Cómo? – no le encontraba sentido a la pregunta, me parecía algo casi retórico.
– ¿Qué si te gusta trabajar en nuestra Empresa?
– Por supuesto, me encanta.
– ¿Pero tanto como para trabajar en esto mucho tiempo?
– Tanto como para trabajar el resto de mi vida – le contesté casi sin pensar.
– Ah, vale, es que nos hemos planteado Ángel y yo hacerte socia.
– Ah…
Y con ese «ah» y una cara increíble de sorpresa continué mi recorrido hacia el baño. Al echar la vista atrás me parece un momento increíble porque en ese punto estaba a punto de iniciarse un reto fascinante: el sentirte todavía más parte de aquella Empresa, ¡si es que eso era posible!
Sin duda es uno de los momentos más bonitos que recuerdo en mi vida profesional. Ver que tus jefes llegan a tener esa confianza en ti, no tiene precio.
Pero, ¿cómo lo conseguí? ¿Qué pasó para que aquella propuesta surgiera de mis jefes?
Lo único que ocurrió es que pedí un aumento de sueldo a la japonesa: nunca pedí ese sueldo o esas responsabilidades con palabras, tan solo dejé que los hechos hablasen por sí mismos.
¿Cuáles podrían ser esos hechos que te hagan conseguir un aumento de sueldo?
– ILUSIÓN: Lo único que hice fue trabajar día a día con toda mi ilusión, con toda mi pasión, dando siempre lo mejor de mí misma.
– PROACTIVIDAD: Antes que me pidiesen desarrollar un proyecto, un curso, un trabajo de consultoría o lo que fuese, yo adelantaba el trabajo y venía con ideas elaboradas.
– PREDISPOSICIÓN: Daba igual que un proyecto fuese entre semana o un sábado, un domingo, que fuese por la mañana o por la noche, en verano o en invierno, yo siempre estaba dispuesta a ayudar.
– ATREVIMIENTO: Eran mis jefes, lo sabía perfectamente, pero siempre fui atrevida para discernir, para discutir sus ideas y propuestas, para equivocarme muchas veces y otras tantas para reconocer que me había equivocado.
– SUPERACIÓN: No había nunca un «imposible» en mi mente, aprendí a sustituirlo por «claro que puedo». Y leía, observaba, preguntaba y sobretodo aprendía en cada oportunidad que se ponía delante de mí.
En definitiva, cuando quería un aumento de sueldo tan solo trabajaba más y mejor y sin pedirlo… ¡Llegaban los aumentos de sueldo y responsabilidades!
Sé que suena extraño, que suena mucho más normal la frase de «cuando me paguen más, trabajaré más», pero ¿y si cambiamos el orden de la causa y el efecto? ¿Y si trabajásemos desde ya como si el aumento de sueldo ya hubiese llegado? Sé que es desafiante pero mucho más eficaz para conseguirlo con éxito, ¿probamos?
El reto de esta semana consistirá en definir que entiendes por aumento de sueldo: ¿que tu jefe aumente tu nómina? ¿Conseguir un nuevo cliente? ¿Que uno de tus clientes compre el proyecto? ¿O que uno de tus mejores clientes, repita? Elige una de estas situaciones y trabaja dando más y mejor de ti mismo, trabaja prácticamente como si el aumento ya estuviese en tus manos… ¡y zas! Aumentarás la probabilidad de conseguir lo que te habías propuesto.
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