Los peligros del teletrabajo

Desde hace unos meses, da la sensación de que las redes sociales se han invadido de noticias sobre el teletrabajo, todo el mundo hablamos de las maravillas de esta opción, aparecen en LinkedIn mil y una noticias de lo “buenas” que son esas empresas o líderes que adoptan el teletrabajo para siempre y lo “malos y perversos” aquellos que no lo permiten al 100% pero… ¿es oro todo lo que reluce?

Cuando emitimos opiniones tan absolutista, muchas veces es porque no somos capaces de analizar las cosas objetivamente, testeándolas y analizando sus ventajas e inconvenientes. En nuestra empresa, Proformación, hemos experimentado el teletrabajo desde hace muchos años, por lo que antes de la época Covid ya teníamos testeado con detalle este proceso. Esto nos ha permitido que un sistema puro tiene muchas desventajas por lo que posiblemente lo ideal es conseguir un modelo mixto, ese que nos permita sacar los máximos beneficios del modelo presencial y del teletrabajo.

Hoy compartiré con vosotros las ventajas e inconvenientes del teletrabajo y en el próximo post os daré distintas ideas para convertir los inconvenientes en nuevas oportunidades de aprendizaje y desarrollo. 

VENTAJAS DEL TELETRABAJO 

– Ahorro de tiempo: es muy habitual, sobre todo en las ciudades, que utilicemos una media de una hora de ida y otra de vuelta para desplazarnos hacia nuestro trabajo (atascos, aparcamientos, imprevistos, etc.). Esto nos ha permitido encontrarnos de repente con un banco de horas a la semana muy significativo que pueden ser utilizadas a nivel profesional o a nivel personal. Este aspecto puede ser uno de los puntos más positivos del teletrabajo siempre y cuando no se malgasten estos bancos de horas.

– Reducción de costes en viajes, alojamientos y manutención: gran parte de reuniones, proyectos y visitas comerciales han derivado hacia el mundo on-line por lo que muchas empresas empiezan a aligerar muchos costes que producían estos movimientos comerciales. 

– El hecho de realizar menos movimientos en coche tiene efectos importantes a varios niveles: menos accidentes de tráfico, ciudades mucho más transitables, menos contaminación a nivel global, etc.

– Puedes llegar a clientes donde antes no te planteabas llegar: por ejemplo, en las últimas semanas nuestro equipo hemos llevado a cabo un proyecto con la Universidad de Almería de 4 horas a la semana (2 sesiones de 2 horas) que de otro modo habría sido inviable por costes de desplazamiento. 

– Ha aumentado la puntualidad para llegar a las reuniones: la puntualidad a las reuniones se ha visto incrementada en un 90%. No obstante, a este punto le dedicaremos un post a parte porque es cierto que llegamos sin retrasos… ¡aunque en muchos casos con el pantalón de pijama puesto! 😉

INCONVENIENTES DEL TELETRABAJO

Como decíamos, no es oro todo lo que reluce, por lo que una de las partes más importantes del teletrabajo, es conocer de cerca todos sus peligros para que de un modo u otro podamos controlarlos. Vamos a ver cuáles son esos peligros que hemos identificado a lo largo de años de utilizar el teletrabajo en Proformación:

– Disminuye el sentimiento y el orgullo de pertenencia a la empresa: el hecho de que la gente vaya desconectándose progresivamente de la empresa, hace más sencillo la salida de la organización por lo que las personas talentosas es mucho más fácil que se vean tentadas a dar un salto a nivel profesional y que cambien de empresa. Cuando vamos a movernos hacia otro trabajo ponemos muchas cosas en la balanza. Uno de los factores que analizamos es la relación que tenemos con nuestro jefe, con nuestro equipo o incluso con nuestros compañeros. La distancia enfría estas relaciones por lo que es más fácil tomar la decisión de cambiar de trabajo.

– Perdemos una gran parte de la rutina, de eso a lo que llamamos «normalidad» y que es muy saludable: levantarnos, ducharnos y arreglarnos, desplazarse a la oficina mientras das un paseo o escuchas tu música favorita en el coche, tomar tu café en el bar de la esquina, etc. esas pequeñas cosas permiten que nuestro cuerpo recupere la estabilidad, la homeostasis que tanto busca con cada acción que hacemos. Perder esta normalidad tiene consecuencias muy graves a nivel psicológico: aumenta los trastornos de ansiedad, se crea en muchos casos sensación de vacío, se pierde el valor “terapéutico” de hablar con otras personas, etc. 

– Reducimos el movimiento físico: nuestra casa es un espacio mucho más reducido que nuestras empresas por lo que si analizas los pasos y movimientos que realizas al día puedes ver un descenso realmente considerable. Si esto ocurre durante un par de días no pasa nada, pero si se convierte en nuestra tónica habitual durante semanas puede provocar en el tiempo efectos muy nocivos para nuestra salud. 

– Bancos de horas malgastados: el ahorro de horas al día por no tener que desplazarse al lugar de trabajo, se han convertido en un par de horas que muchas personas malgastan. Si miras las estadísticas del aumento del uso del Instagram y Facebook en horas de trabajo y fuera de ellas… ¡te sorprenderías! 

– Desaparición de puestos de trabajo: muchos de nuestros movimientos crean puestos de trabajo. Por ponerte un ejemplo concreto: los viajes de negocios provocan que utilices un aeropuerto donde trabajan cientos de personas, alquiles un coche, duermas en un hotel, comas en esa ciudad, etc. En el punto en el que todos estos movimientos se ven reducidos al mínimo, muchos puestos de trabajo se ven afectados.

– Cuidado con la distancia emocional que provoca en el equipo: y si tuviera que decir el peligro más grande que implica el teletrabajo es la distancia emocional del equipo. En nuestra empresa nos movemos por proyectos, casi siempre en la “casa” del cliente, y no en nuestra oficina. Siempre recordaré el día en que Elena Sánchez , una de las profesionales de nuestro equipo me decía:

“Reme, echo de menos a la gente del equipo, vernos las caras, compartir cómo estamos en los distintos proyectos, aprender los unos de los otros. Tengo la sensación de que durante semanas no os he visto a los compañeros y esa sensación no me gusta. ¿No podríamos hacer algo para solucionarlo? ¿Y si comemos juntos, aunque sea una vez al mes? “

A partir de su aportación, una vez al mes hemos comido juntos durante mucho tiempo hasta que la “pandemia” nos robó nuestras comidas (aunque las recuperaremos…). Y te diré que Elena no iba para nada desencaminada con sus aportaciones. Si no lo crees, observa este gráfico con atención:

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Este gráfico, basado en una investigación muy potente por parte de Thomas J. Allen, años antes de la pandemia, nos mostraba cómo distancias físicas de nuestros compañeros mayores de 4 metros, reducen en picado las interacciones con ellos y por tanto “se cargan” las relaciones laborales. En otro post, analizaremos con detalle estos datos, pero te aseguro que si no hacemos algo al respecto podemos tener consecuencias negativas para las personas, sus equipos y para la organización en general.

¿Cuál es tu opinión sobre este tema? ¿Ves más ventajas o inconvenientes de las que he comentado? ¡Pues compártelas con nosotros!!

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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