Cómo tratar con los «ratitos» del equipo

¿Qué es raro? Según la Academia de la Lengua Española el término “raro” es un adjetivo que procede del latín y que puede tener distintos significados: 

1. adj. Que se comporta de un modo inhabitual.

2. adj. Extraordinario, poco común o frecuente.

3. adj. Escaso en su clase o especie.

4. adj. Insigne, sobresaliente o excelente en su línea.

5. adj. Extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse.

6. adj. Dicho principalmente de un gas enrarecido: Que tiene poca densidad y consistencia.

Cuando el término “raro” es utilizado por el líder de un equipo para definir a uno de sus miembros suele tener el significado 1: “que se comporta de un modo inhabitual”. Pero además de darle este significado, suele llevar un tinte de negatividad y juicio, como si de algo malo se tratase.

Sinceramente si “ser normal” significa ser como muchas personas con las que me encuentro cada día, prefiero pertenecer al grupo de los raros.

En muchos de los equipos con los que trabajamos, cuando el líder te coge confianza suele hablarte de casos que le preocupan en el equipo y entre esos temas es muy fácil que surja el tema de la “gente rarita” que tiene en el equipo. Y es que parece que no es demasiado difícil ganarte este adjetivo: por ejemplo, te ponen ejemplos, valga la redundancia, de una persona que en las pausas no almuerza con el resto sino que se queda sola en su puesto de trabajo, que no va a comer con el resto o que no quiere participar en la cena de navidad.

Cuando te plantean este tipo de temas, lo hacen desde la perspectiva de que el trabajo que están haciendo como líderes es impoluto, pero curiosamente detrás de este tipo de situaciones, podemos encontrar un margen de mejora considerable por parte del líder. Vamos a ver algunas pautas que debería seguir en este tipo de situaciones para no contaminar a todo el equipo y que además le permitirían acercarse a “los raritos”. 

PAUTAS ÚTILES PARA TRATAR CON “LOS RARITOS”

– Intentar entenderles: siempre hay un motivo consciente o inconsciente para que la persona se comporte de un modo no habitual. En algunos casos puede ser una forma de llamar la atención, en otros puede ser una forma de ocultar ciertas inseguridades o miedos, e incluso en algunas situaciones puede ser una forma de ocultar conflictos que tiene con el propio líder o con alguien del equipo. Sea como sea, tenemos que investigar con más detalle para poder descubrir lo que motiva esta conducta.

– Utilizar las pausas para crear cercanía con esta persona: si vas a quedarte en el mismo espacio en el que se suele quedar la persona, es importante preguntarle si le molesta que te quedes allí. Lo más probable es que te dirá que “no” con lo que no invades directamente su espacio. A partir de ahí puedes aprovechar para hacer algún que otro comentario, entablar pequeñas conversaciones y poco a poco acercarte a la persona. Si esto lo mantienes cada X días, puede llegar un momento en el que se vaya creando cercanía y podría incluso acabar decidiendo ir a desayunar contigo y con el resto. 

– No etiquetar de “raros”: es útil dejar de lado esta etiqueta pues cuando la colocas a alguien cambia incluso tu forma de interactuar y tratar con la persona. Es mejor que hables de personas “diferentes” porque al fin y al cabo todos lo somos en cierta medida. El simple hecho de cambiar tu lenguaje te ayudará a encontrar nuevas formas de interactuar con las personas.

– Buscar los puntos en los que destaca: cuando a una persona del equipo se le etiqueta de “raro” tendemos a buscar todo aquello que no nos gusta de la propia persona, todo aquello que nos separa de algún modo. Si en vez de eso buscamos conscientemente los puntos fuertes y destacados de la propia persona, podemos empezar a cambiar nuestra visión sobre la misma.

– No participar en los comentarios despectivos o críticos del resto del equipo: es muy importante no entrar en conversaciones de máquina de café y cuchicheos sobre la persona etiquetada como “rara” porque no da un buen ejemplo de liderazgo al resto. En este sentido es mejor desviar los comentarios y hacer ver al equipo que todos tenemos rarezas, peculiaridades, aspectos extraordinarios que nos hacen únicos. Todos los seres humanos somos de algún modo complicados, tenemos días buenos y días malos, o incluso temporadas en las que tenemos que lidiar con situaciones de la vida difíciles.

– Respetar: parece que si alguien no quiere desayunar con el resto ya se ha ganado la etiqueta de “raro”. Pero nadie se pregunta por sus motivos que además pueden ser muy lícitos. Igual prefiere gastar ese tiempo leyendo, escuchando música, puede tener un problema familiar y se siente simplemente triste cuando está con más gente, puede tener un problema de salud y prefiere dedicar ese tiempo a buscar soluciones, o incluso puede tener tanta vergüenza de relacionarse con el resto, que es un mal trago estar en situaciones sociales. Puede haber tantas y tantas cosas detrás de esas conductas “extraordinarias” que vale la pena que investiguemos y probemos muchas otras acciones en vez de juzgar. 

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana te propongo el reto de que identifiques a una persona en tu equipo a la que le hayas puesto en alguna ocasión el adjetivo de “raro” y que te dediques a crear un acercamiento hacia él/ella. Lo más probable es que empieces a descubrir muchas cosas que hasta el momento no habías ni intuido que podían estar ahí.

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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