Atrévete a decir no, no y no

Atrévete a decir no, no y no

Atrévete a decir no, no y no

Atrévete a decir no, no y no

Me gustaría empezar con un sí, sí y mil veces sí a esa gran palabra que aprendimos cuando nos sobraba una mano para contar nuestra edad. Con tan solo dos años somos capaces de distinguir perfectamente que situaciones merecen un gran sí y qué situaciones merecen un rotundo no. Pero mientras vamos creciendo le cogemos cierto miedo al “no”, a llevar la contraria o ir a contracorriente y con ello perdemos todo el potencial y beneficios que podría darnos esa simple palabra de dos letras.

 

HISTORIA DEL SOP MADRID

Hace unos meses tuve la suerte de participar en un proyecto de educación disruptiva, en un proyecto de esos que empiezan a producir un chispazo tras otro y de repente transforman tus puntos de vista, tus hábitos, tus formas de echarle morro a la vida, tus formas de pensar e incluso de sentir. De la mano de Isra García, director del Stand Out Program, escuché su capacidad de decir no, no y no a cientos de personas, proyectos y situaciones.

Hasta ese momento, mis “no” eran prácticamente inexistentes. Era tan “nice” que temía decir no a algo o alguien y que eso produjese algún tipo de problema, que alguien se mosquease conmigo o que incluso dejara de valorarme. Te lo digo en serio, me buscaba la vida de forma que pudiesen encajar las necesidades de unos y otros hasta que de repente me daba cuenta que algunas necesidades se habían quedado por cubrir: las mías. Me dejaba horas de sueño por el camino, horas para dedicar a mis proyectos, horas de atender y estar con la gente a la que realmente quiero…¡y todo por el miedo a los “no”!

 

SITUACIONES A LAS QUE DECIR NO

Acabaron aquellos impactantes 11 días de formación, y entre otras tantas cosas volví convencida de que iba a utilizar esa bonita palabra que además se entiende en casi cualquier idioma: NO.

¿Y a qué he empezado a decir “no”?

  • No voy a ir: Si me apetece realmente ir a algún lugar con alguien, en algún momento, voy pero si no, tienen libertad completa de marchar sin mí. Tengo recursos para estar sola haciendo lo que realmente me apetece.

 

  • No voy a hacer ese proyecto: Hay proyectos en los que no me apetece participar porque no tengo los recursos suficientes, el tiempo o incluso las ganas. Sé que si me pusiera podría alcanzar el nivel exigido pero a veces simplemente no quiero hacerlo.

 

  • No voy a quedar contigo: Hay personas con las que cada vez quedo menos, menos y menos. Si vas a llamarme solo para contarme que el “mundo es una mierda”, que “todo va mal” y que no estás bien, igual no quedo contigo. Sí, es egoísta, pero quiero que así sea. Si quedas conmigo, búscate la vida para no contarme solo tus problemas sino también tus retos, tus pasiones, algo bueno que te haya pasado. ¿Crees que solo por haber estudiado Psicología me gusta hablar de problemas en mi tiempo libre? Pues no.

 

  • No voy a trabajar con ese cliente: Lo siento, pero la razón no la tiene siempre el cliente, o igual sí pero yo también tengo mis razones para no trabajar con alguien. Si no aprecias mi trabajo, mi profesionalidad, el empeño que le he puesto o los resultados conseguidos, no pasa nada, te devuelvo el dinero y ya está. No quiero que robes mi tiempo más allá de lo que hemos establecido.

 

  • No voy a bajar el precio: Esto no es un mercadillo de regateo. Te aseguro que el precio de mi trabajo es el que es por lo que voy a darte, por lo que me comprometeré, porque haré mío el proyecto, porque buscaré a cada paso la excelencia, porque te tendré en cuenta, será adaptado a tus necesidades y cada vez que esté Con los Pies en el Aula, te daré el 200% de lo que mi persona pueda dar. Con que no, no entraré en regateos.

 

  • No quiero hablar: No será lo habitual pero habrá días en que no quiero estar con nadie, que no quiero compartir cómo me siento, que no me apetece contarte lo que me pasa, que igual no respondo a llamadas ni contesto a wassaps. Hay días que son míos, para mí y para nadie más. Y esos días prometo no molestarte, pero no me preguntes, ni intentes hablarme, simplemente déjame mi espacio y que disfrute de mi soledad.

 

Oye, y tú puedes decir cada vez que quieras, lo necesites o te apetezca un rotundo “NO” como los míos y continuaremos siendo tan amigos, tan colegas, tan familia, o tan clientes, te lo aseguro. Porque decir “no” también te hacer recibir algún que otro “no”. ¡Y nadie se muere por decirlo o recibirlo!! Si no me crees, tan solo haz la prueba.

 

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana me gustaría que hicieras tu pequeña lista de “nos”. Puedes empezar con una pequeña lista de personas o situaciones a las que te vendría genial decirles algún que otro “NO” y si tienes fuerza para probarlo, para iniciarlo, cuéntame qué es lo que te has encontrado después de esos “NO”, seguro que alguna posible pérdida, pero ¿cuántas ganancias?

¡Nos vemos la próxima semana!

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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