5 frases prohibidas para un jefe

La comunicación, esa habilidad que tanto nos distingue como seres humanos, es la herramienta perfecta para solucionar muchos problemas pero también para producirlos. Hoy me gustaría analizar algunas de esas frases que provocan huida del talento, desmotivación o lo que es lo mismo…¡motivación para huir de una empresa y buscarte otro trabajo!

Muchas de estas frases se expresan directamente, otras de forma inconsciente o incluso con gestos pero lo que está claro es que el efecto que llegan a producir es realmente perjudicial en un equipo de trabajo.

1. “A ti te pago para trabajar y no para pensar”

Esta frase es un verdadero atentado a la capacidad humana de razonar, de aportar ideas y de sacar conclusiones. Esto no significa que tengamos que utilizar nuestro tiempo escuchando a personas que solo se ponen a opinar y no entrar en acción, personas que a veces da la sensación que simplemente se “enrollan” en sus argumentos para no ponerse a trabajar, no, no nos referimos a eso. 

Para que no ocurra la comunicación extensa sin llegar a ningún lugar, lo que tenemos que potenciar son los mecanismos que permiten que la gente pueda aportar sus ideas de forma organizada:  estrategias como el Philipps 6.6. para aportaciones y opiniones en una reunión, entrevistas One to one cada X tiempo, modelos de propuesta de cambios en el puesto de trabajo, etc. Si te das cuenta, el potencial de cambio está realmente en todas aquellas personas que están en una empresa al pie del cañón y no solo en quienes las gestionan.

2. “Ahí está la puerta, no te olvides”

Es una de las amenazas más habituales que he escuchado en algunas empresas. A veces la frase se insinúa y no se dice directamente, pero a buen entendedor, pocas palabras faltan. Otras veces me he encontrado con la frase más explícita imposible. Hace 2 años empezamos a trabajar con un cliente donde los operarios sabían perfectamente no solo dónde estaban las 3 puertas de la empresa sino además cuántos metros exactos medía cada una. ¡Imaginaros las veces en las que se hacía referencia a las mismas! 

Este tipo de amenazas no son útiles porque se convierten en un juego de niños en el que viene el lobo, viene el lobo, pero nunca llega. Es mucho más maduro y profesional, sentarnos con una persona cuando la interacción profesional no funciona y analizar los posibles puntos de cambio, determinar un tiempo para cambiar, unos apoyos y medir a lo largo del tiempo. Y si es necesario, tomar decisiones, pero no desde la amenaza continua. 

3. “Si es que ya te lo dije, yo sabía que iba a pasar”

Y es que hay miles de adivinos dirigiendo equipos de trabajo que sabían lo que iba a pasar, pero qué coincidencia, siempre lo saben en el momento en el que ya ha pasado. Si es verdad que tanto sabían antes de que ocurriese, ¿por qué dejaron que nos estrelláramos? Lo siento, no me creo esas grandes capacidades de predecir el futuro. 

Todos sabemos que cuando se toman decisiones pueden ser acertadas o equivocadas, que las cosas pueden salir bien o mal pero en el mundo empresarial, hay que lanzarse y probar día a día para ver qué es lo que funciona y qué es lo que no. Si realmente alguien de tu equipo va a tomar una decisión y puedes demostrar con certeza que es equivocada, hazlo, sin más. Puedes darle datos, ejemplos anteriores o incluso de otras empresas pero no nos sirve el simple “yo lo hubiera hecho de otra manera”.  

4. “Sí, sí, sí claro, pero…”

¡Qué no! ¡Qué no y qué no! Esta frase no tiene nada de afirmativo, ni de darte la razón en ningún punto sino que es una de las frases más negativas que podemos pronunciar. Además, esos “sí, sí, sí” suelen ser cortantes, la vía perfecta para que dejes de hablar y él o ella pueda imponer su punto de vista. Esos “sí, sí, sí” son el momento ideal para no escucharte ni atenderte con atención sino son solo la antesala de la palabra favorita de muchas personas: PERO.

Es cierto que alguna idea que te planteen puede tener “peros”, no obstante ganarías mucho si verbalizaras antes de todos los peros, aquellas partes que sí pueden funcionar, aquellas partes que sí mantendrías como te proponen, o aquellas partes con las que sí estás de acuerdo.

5. “Cuando yo estaba en tu posición”

Esta frase puede adoptar distintas modalidades o formas como por ejemplo “cuando yo llegué a esta empresa”, “cuando yo empecé a trabajar”, “cuando yo era más joven”…suenan a discurso paternalista e instructivo de cómo se tienen que hacer las cosas. En la mayor parte de situaciones en las que alguien recibe este tipo de discurso, no lo había pedido previamente por lo que puede crear bastante rechazo.

Tú empezaste en un momento, con unas circunstancias y con unas experiencias distintas a las de otra persona por lo que cualquier comparación puede resultar odiosa. Además, estas frases suelen tener un objetivo implícito: demostrarte que soy mejor que tú, más proactivo, más listo, más ingenioso, disciplinado o lo que sea… ¡vamos, una frase que provoca unas ganas de huir increíbles!!

¿Y tú? ¿Tienes alguna otra frase que añadir?

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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