El peligro de dejar para luego

A lo largo de mi vida me he equivocado cientos de veces, he tenido numerosos errores, he dicho cosas que no debía y seguro que no he tomado siempre las decisiones más acertadas pero si hablo de fallo profundo, me viene sobretodo uno a la mente. Mi mayor fallo ha sido: NO HABER RESTAURADO AQUELLA ACORDEÓN.

UNA ACORDEÓN CONVERTIDA EN UN TESORO

Mi abuelo Enrique tenía un acordeón que compró en tiempos de guerra… Le costó unas cuántas pesetas como tantas veces él nos contaba. Me encantaba escuchar esa historia de cómo poco a poco había ahorrado el dinero necesario hasta que había conseguido aquello que tanto le apasionaba: Su acordeón.

Todas las navidades tocaba el acordeón para la familia, sobretodo en Nochebuena, nos sentábamos a su alrededor y escuchábamos el sonido de aquel extraño instrumento. Durante toda mi infancia vi a mi abuelo arreglar las roturas y fuelles desgastados con esparadrapo, con una técnica realmente casera. Y después de años y años viéndole hacer sus arreglos, tomé una decisión: sin que lo supiera mi abuelo, me la llevaría a un restaurador y se la regalaría como nueva, por sorpresa, en las próximas Navidades.

DECISIONES FIRMES Y ACERTADAS

Y ahí estaba mi decisión, mi decisión firme, una de esas decisiones que me hacían saltar las lágrimas tan solo pensando en la cara de emoción que mi abuelo pondría cuando recibiese su regalo. Pero dejé pasar días, semanas y meses como había hecho antes en otras situaciones, y una mañana del mes de noviembre, sin más ni menos, sin avisar y sin esperarlo mi abuelo «se fue». Fue la primera pérdida que sentí en mi vida, la primera vez que noté que había reservado un pedacito de corazón para aquel abuelo que tanto me había enseñado, aquel abuelo que me contó los primeros cuentos, que me enseñó a jugar a cartas, al “Conecta 4” y me arrancó las primeras risas.

EL PELIGRO DE DEJAR PARA LUEGO

Aprendí y tanto que aprendí…Aprendí que no dejaría ni una sola oportunidad de decirle a la gente que quiero que la quiero. Aprendí que la vida es mucho más fugaz de lo que siempre creemos. Aprendí que cada momento que compartimos con alguien es completamente único e irrepetible. Aprendí que no dejaría más para mañana, o la semana que viene o el año que bien. Y aprendí que “dejar para luego” podía convertirse en un “dejar para siempre”. Qué bonito mirar atrás, y sentir lo que aprendí de ese hombre tan admirable: mi abuelo, el meu iaio Enrique.

¿Por qué tantas veces creemos que somos inmortales? ¿Por qué creemos que siempre habrá un lugar en el futuro en que lanzaremos ese sueño o perseguiremos nuestro objetivo? ¿Por qué esperamos al momento perfecto para darle vida a nuestras ilusiones? ¿Por qué guardamos esa prenda de ropa para un día especial? No somos conscientes de que hay demasiadas oportunidades que a lo largo de nuestra vida pasan por delante de nosotros, una sola vez y que si optamos por no adueñarnos de ellas, pasarán sin vuelta atrás.

MUCHOS MEDIOS, MUCHAS IDEAS A TRANSMITIR

Curiosamente vamos dándonos cuenta de que la vida no es algo infinito cuando vamos creciendo pero realmente sería muy útil que este aprendizaje fuese transmitido desde que somos muy pequeños:

– En nuestros colegios se podría trabajar con más detalle el valor mismo de la vida.

– En nuestras casas se nos podría transmitir la sensación tan fantástica de que lo único cierto que tenemos realmente es que hoy estamos vivos.

– En nuestros cuentos infantiles nos podrían mostrar lo apasionante que es estar vivos y cómo usar al máximo ese privilegio.

– En nuestros anuncios, televisión, noticias, podríamos conseguir que las cremas antiarrugas dejasen un poco de espacio a las arrugas que marcan el haber reído y las dietas estrictas de adelgazamiento dejasen un hueco para un delicioso helado de chocolate.

Pero si en nuestros colegios, ni en nuestras casas, ni en nuestros cuentos, ni en nuestros medios de comunicación es una idea importante…¿por qué no la difundimos nosotros mismos? Si tú y yo nos creemos que lo más apasionante que tenemos es el tiempo de ahora, justo el aquí lo que estamos viviendo y así lo vivimos…¡igual otros nos copian!! ¿Por qué no intentarlo?

Y recuerda lo que aprendí del meu iaio Enrique:

“DEJAR PARA LUEGO, PUEDE SIGNIFICAR DEJAR PARA SIEMPRE”.

RETO DE LA SEMANA:

El reto de esta semana consiste en que busques cualquier cosa que hasta el momento te haya hecho ilusión, cualquier cosa que hasta hoy has estado dejando para encontrar el momento perfecto. Y lo que vas a hacer con ello, sea lo que sea es darle vida. Si lo que te ilusiona es viajar a París, hoy mismo abrirás una cuenta para ello o te dejarás un sobre en un cajón y dejarás día a día algunas moneditas para ese viaje. Si lo que te ilusiona es abrir tu propio negocio, hoy mismo abrirás un power point con el título “Mi negocio” y empezarás a anotar información que te pueda ser útil. Y es que si tenemos muy, muy claro nuestra “ilusión” siempre será más fácil llegar a ella.

Nos vemos la próxima semana…