No es mi punto de vista, es la única verdad.

No es mi punto de vista, es la única verdad.

No es mi punto de vista, es la única verdad.

No es mi punto de vista, es la única verdad.

Hoy empezaré contándote una historia que leí hace unos días:

“Un señor que conocía a Picasso, mientras observaba alguno de sus cuadros, le estaba diciendo que tendría que haber pintado las cosas como son, es decir, hacer cuadros objetivos. Picasso refunfuñó diciéndole que no estaba del todo seguro de cómo podía hacerlo. El individuo que le estaba fastidiando sacó de la cartera una foto de su mujer y dijo: ‘Aquí tiene una imagen de cómo es la realidad’. Picasso la miró y dijo: Su mujer es más bien pequeña, ¿verdad?. Y plana”.

No sé si te has encontrado alguna vez con situaciones como esta en las que alguien te dice cómo es la realidad, no su punto de vista, sino cómo es la realidad, la única, la verdadera. No sé tú pero yo me suelo encontrar con este tipo de situaciones todos los días y te voy a decir un secreto…¡cada vez me apetece menos convencerlos!

Antes les discutía, les argumentaba, les intentaba hacer ver que existían distintas realidades hasta que me di cuenta de que era una pérdida de tiempo y de energía.

EJEMPLOS REALES

Esta semana trabajando en uno de los proyectos de los que formo parte me he encontrado con una persona de este tipo, de las que creen que la foto que llevan en su cartera es el mundo real. Uno de los aspectos más curiosos de estas personas es que empiezan con posiciones suaves, te argumentan y tu compartes con ellos tus puntos de vista, pero te vuelven a insistir con el suyo, tú les vuelves a abrir opciones pero van cerrando una tras otra de forma que solo les queda su única opción como verdadera. En estos casos no les suelen importar ni tus conocimientos, ni tu experiencia, ni tus habilidades ni mucho menos tus recursos, su idea ese día es simplemente salirse con la suya. Y mañana lo mismo. Y pasado mañana igual. Entonces, ¿para qué me preguntan mi opinión?

CONSECUENCIAS DE LA RIGIDEZ MENTAL

Posiblemente una de las cosas que no valoran las personas que son tan rígidas son las consecuencias que su cabezonería podría llegar a tener. Yo también he sido en muchas ocasiones rígida, tampoco soy de los que se convencen a la primera ni dan el brazo a torcer rápidamente, pero igual por eso he descubierto las consecuencias más peligrosas de este comportamiento. Te cuento algunas de ellas:

La gente a tu alrededor, dejará de comunicarse contigo a la hora de hablar sobre aquellos temas en los que saben que no vas a ceder ni lo más mínimo.

La cantidad y variedad de ideas con las que te podrías encontrar es infinita cuando hablas, discutes tus ideas con otros y construyes nuevas alternativas. Pero si te cierras a ello, tu capacidad de llegar a nuevas opciones, se reduce drásticamente.

– Otro problema de la rigidez es que cada día te vuelves más rígido: tus ideas de crear, de inventar, de proponer cada vez se vuelven más reducidas. Si dejas que tu cerebro y conexiones mentales no hagan el “ejercicio físico” necesario, acabarán sin poder moverse prácticamente.

Si trabajas con un equipo de trabajo poco a poco vas a ir perdiendo a tus colaboradores. Esto es lo que puede ocurrir en el ejemplo que os comentaba anteriormente. Si las únicas ideas que van a tomar vida son las de la persona rígida, ¿para qué nos necesita al resto del equipo? ¿Para que le reforcemos sus ideas simplemente? ¿Para que trabajemos en todo aquello que nos “ordene”?

¿Sabes? Yo cada día soy “más rígida” para trabajar con la “rigidez” de estas personas…

RETO DE LA SEMANA:

Esta semana me gustaría que te observases a ti mismo cuando hablas de opciones, de ideas o soluciones en cualquier contexto en el que te mueves. Obsérvate y analiza del 0 al 10 cuán inflexible eres. Si tus puntuaciones son altas vuelve a leerte las consecuencias que te planteo en este post y hazte esta pregunta: ¿Estoy dispuesto a pagar ese precio por ello? Espero tus respuestas…

 

¡Nos vemos la próxima semana!

Reme Egea
Reme Egea
Maestra de Educación Física, Formadora en Habilidades Directivas y Gestión de Equipos, Psicóloga, Creadora del proyecto educativo "Con los pies en el aula", Conferenciante, consultora y socia de Proformación S.L.

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